Una planta de tratamiento de aguas residuales puede operar mediante procesos biológicos aeróbicos o anaeróbicos, y cada tipo tiene características, ventajas y desventajas particulares. En este artículo de blog exploraremos las diferencias clave entre una planta de tratamiento aerobia y una planta de tratamiento anaerobia. También discutiremos por qué las plantas de tratamiento anaerobias suelen presentar dificultades para cumplir ciertos parámetros de calidad, en especial la remoción de nutrientes como fósforo y nitrógeno, requeridos por normativas ambientales (por ejemplo, el Acuerdo Gubernativo 236-2006 en Guatemala). Mantendremos un enfoque general, describiendo las tecnologías específicas más comunes en cada caso, con listados y tablas comparativas para una lectura clara.
¿Qué es una planta de tratamiento aerobia?
Una planta de tratamiento aerobia es aquella que emplea microorganismos en presencia de oxígeno para depurar las aguas residuales. En estos sistemas, se introduce aire u oxígeno al agua residual para mantener condiciones oxigenadas que favorecen el crecimiento de bacterias aeróbicas. Estas bacterias consumen la materia orgánica contaminante y otros compuestos presentes. En el proceso aeróbico, los microorganismos descomponen la materia orgánica y también asimilan contaminantes como nitrógeno y fósforo, convirtiéndolos en dióxido de carbono, agua y biomasa (lodos). Es decir, parte del nitrógeno y fósforo presentes en el agua residual pasan a formar parte de los lodos biológicos, logrando así su eliminación parcial del efluente tratado.
Características principales de una planta de tratamiento aerobia:
- Requiere oxígeno: La presencia de oxígeno disuelto es fundamental. Se logra mediante aireación mecánica (sopladores, difusores de aire) o a través de grandes superficies expuestas (por ejemplo, en lagunas de estabilización aeróbicas).
- Procesos biológicos rápidos: Las reacciones aeróbicas ocurren con relativa rapidez. Un sistema aeróbico típico puede tratar el agua en horas o pocos días, gracias a altas velocidades de crecimiento de las bacterias aeróbicas.
- Producción de lodos biológicos: Como resultado del metabolismo aeróbico, las bacterias crecen y se multiplican, generando bastante lodo excedente. Este lodo contiene la biomasa muerta y nutrientes asimilados, y debe ser retirado y dispuesto adecuadamente.
- Eficiencia en remoción de materia orgánica: Las plantas aerobias bien diseñadas pueden lograr eficiencias superiores al 90% en remoción de Demanda Bioquímica de Oxígeno (DBO₅) y Demanda Química de Oxígeno (DQO), dejando un efluente con baja carga contaminante orgánica.
- Remoción de nutrientes: A diferencia de los sistemas anaerobios, las plantas aerobias pueden incorporar procesos para eliminar nitrógeno (mediante nitrificación y desnitrificación) y fósforo (mediante asimilación biológica o precipitación química). En general, la eliminación de nutrientes al lodo es más eficiente en tratamientos aeróbicos, lo que suele permitir que el agua tratada cumpla estándares de vertido más estrictos.
- Consumo de energía: La necesidad de proveer aireación implica un consumo energético elevado. Los sistemas aeróbicos requieren sopladores, agitadores u otros equipos eléctricos, lo que aumenta los costos operativos. En caso de usar lagunas abiertas, se requiere gran superficie de terreno para lograr la oxigenación natural del agua.
- Menor olor: En condiciones aeróbicas controladas, la generación de olores molestos es menor. No se produce sulfuro de hidrógeno (H₂S) ni metano durante el tratamiento aeróbico, lo que reduce significativamente los olores asociados.
Tecnologías comunes en plantas aerobias: Existen varios procesos y configuraciones tecnológicas que emplean tratamiento aeróbico. Entre las más utilizadas en plantas de tratamiento de aguas residuales se encuentran:
- Lodos activados: Consiste en un tanque de aireación donde se mezcla el agua residual con lodo biológico bajo burbujeo de aire. Las bacterias aerobias consumen los contaminantes orgánicos. Luego, en un sedimentador secundario, los lodos se separan del agua tratada por gravedad. Es una de las tecnologías más difundidas en plantas de tratamiento municipales por su alta eficiencia depurando materia orgánica y posibilidad de nitrificar (eliminar amonio).
- Filtros percoladores (biofiltros): Emplean un lecho de material sólido (piedra, plástico) sobre el cual crece una biopelícula de microorganismos aeróbicos. El agua residual se distribuye sobre el lecho y percola (gotea) a través de él; la biopelícula consume la materia orgánica durante el paso. Estos sistemas son robustos y de menor consumo energético (la aireación es pasiva por flujo de aire natural), aunque pueden requerir mayor área y son menos eficientes para remover nutrientes que lodos activados.
- Reactores secuenciales en batch (SBR): Son tanques únicos que operan por ciclos temporales. En un mismo reactor se lleva a cabo la aireación (degradación orgánica y nitrificación), la sedimentación del lodo y la extracción del agua tratada por fases. Su control flexible permite procesos de nitrificación-desnitrificación en el mismo tanque secuencialmente, logrando remoción de nitrógeno significativa. Son útiles cuando se dispone de control automatizado y se busca compactación en una sola unidad.
- Biodiscos (RBC, Contactores Biológicos Rotativos): Consisten en discos plásticos parcialmente sumergidos en el agua residual, que giran constantemente. Sobre los discos crece una biopelícula aeróbica que se oxigena al girar fuera del agua y luego degrada la materia orgánica cuando se sumerge. Son sistemas modulares, de bajo consumo energético, típicamente para caudales pequeños o medianos.
- Lagunas de estabilización aeróbicas/facultativas: Son estanques poco profundos expuestos al aire, donde la oxigenación ocurre por difusión y por fotosíntesis de algas. En las lagunas facultativas coexisten zonas aeróbicas superficiales (donde las bacterias degradan materia orgánica con oxígeno) y zonas anaeróbicas en el fondo (donde sedimentos se digieren lentamente). Estas lagunas requieren grandes extensiones de terreno y clima cálido para ser efectivas, pero son de muy bajo costo operativo. Suelen ser utilizadas como sistemas simples para pequeñas comunidades.
¿Qué es una planta de tratamiento anaerobia?
Una planta de tratamiento anaerobia realiza la depuración de las aguas residuales en ausencia de oxígeno. En estos sistemas, se promueven condiciones donde bacterias anaeróbicas (que no necesitan oxígeno) descomponen la materia orgánica. El proceso principal es la digestión anaerobia, en la cual los compuestos orgánicos son convertidos en gases como metano (CH₄) y dióxido de carbono (CO₂), además de generar biomasa residual (a menudo llamada digestato o lodo anaerobio). A diferencia de los sistemas aeróbicos, aquí no se añade aire al proceso; generalmente el tratamiento ocurre en tanques cerrados o cubiertos, libres de oxígeno.
Características principales de una planta de tratamiento anaerobia:
- Ausencia de oxígeno: Todo el tratamiento biológico ocurre sin aire. Las bacterias anaerobias (por ejemplo, las metanogénicas) realizan su metabolismo consumiendo la materia orgánica y liberando metano y CO₂. Esta condición debe mantenerse estrictamente, pues la presencia de oxígeno inhibiría o mataría a la flora anaerobia.
- Generación de biogás: Una ventaja clave es la producción de biogás (mezcla de metano ~60-70% y CO₂ ~30-40%). Este gas puede ser capturado y aprovechado como fuente de energía renovable, por ejemplo para generar electricidad o calor para la misma planta. Muchas plantas de tratamiento anaerobio utilizan el biogás para autoabastecerse energéticamente, haciendo al proceso muy sostenible en términos energéticos.
- Menor producción de lodos: Las bacterias anaerobias crecen más lentamente que las aeróbicas, y consumen una mayor fracción de la materia orgánica para convertirla en gas en lugar de nueva biomasa celular. Por ello, los sistemas anaerobios producen mucho menos lodo residual en comparación con los aerobios. El lodo que se genera (digestato) además sale más estabilizado (ya digerido), lo que facilita su manejo. Incluso, el digestato anaerobio puede tener valor como abono orgánico debido a los nutrientes que conserva.
- Velocidad de reacción más lenta: La digestión anaerobia es un proceso más lento. Para lograr altos porcentajes de depuración, se requieren tiempos de retención más largos (varios días a semanas, dependiendo de la temperatura y carga orgánica). Las bacterias metanogénicas tienen baja tasa de crecimiento, por lo que el arranque de una planta anaerobia puede ser lento y sensible a perturbaciones.
- Sensibilidad a condiciones ambientales: Los procesos anaerobios funcionan mejor a temperaturas relativamente altas (mesofílicas ~30-37°C, termofílicas ~50-55°C). En climas fríos, el rendimiento baja significativamente a menos que se aíslen o calienten los reactores. Además, son sensibles a cambios bruscos de pH, carga contaminante, presencia de sustancias tóxicas, etc.
- Eficiencia en remoción de materia orgánica: Las plantas anaerobias son muy eficientes eliminando contaminantes orgánicos en términos absolutos de carga (DQO, DBO). Son ideales para aguas residuales de alta carga orgánica (por ejemplo, residuos industriales alimentarios, agroindustria, aguas residuales urbanas altamente concentradas). Sin embargo, como no disponen de oxígeno, su rendimiento en depurar completamente la DBO hasta niveles muy bajos es inferior al de un buen sistema aeróbico. Típicamente, un reactor anaerobio como UASB logra alrededor de 60-70% de remoción de DBO, frente al 90+% de un aeróbico. Esto significa que el efluente de una planta de tratamiento anaerobia suele requerir un post-tratamiento adicional si se buscan calidades muy altas.
- Potenciales olores: En ausencia de oxígeno, pueden formarse compuestos malolientes, como el sulfuro de hidrógeno (H₂S) responsable del olor a “huevo podrido”. Si el sistema no está bien sellado o el biogás no se quema adecuadamente, los olores pueden ser un problema. También el efluente puede tener olor debido a compuestos volátiles restantes. Un buen diseño contempla mecanismos de captura y tratamiento de gases para minimizar este inconveniente.
Tecnologías comunes en plantas anaerobias: Diversos procesos se engloban dentro del tratamiento anaerobio; algunos son de tipo baja tasa (mayor tiempo, menor costo, más simples) y otros de alta tasa (más ingeniería para velocidades mayores). Entre las tecnologías específicas más utilizadas en plantas de tratamiento anaerobias, se encuentran:
- Tanque séptico: Es el sistema anaerobio más sencillo, usado típicamente a nivel domiciliario o comunitario pequeña. Consiste en un depósito cerrado donde las aguas residuales domésticas decantan; los sólidos se acumulan y son digeridos anaeróbicamente en el fondo. El efluente clarificado sale con una reducción parcial de materia orgánica. Los tanques sépticos ofrecen tratamiento primario, removiendo sólidos y algo de DBO, pero su eficiencia es limitada y no remueven nutrientes; generalmente el efluente requiere filtración o campos de infiltración posteriores.
- Tanque Imhoff: Es similar a un séptico mejorado. Tiene dos cámaras: una superior para sedimentación y una inferior donde el lodo sedimentado se digiere anaeróbicamente. Mejora la separación entre el proceso de clarificación y digestión, logrando mejor efluente que un séptico convencional. Aun así, es un tratamiento primario, con remociones de ~30-50% DBO.
- Reactor UASB (Upflow Anaerobic Sludge Blanket): Es una tecnología anaerobia de alta eficiencia muy aplicada en América Latina para aguas residuales municipales e industriales. En un reactor UASB, el agua residual entra por el fondo y fluye hacia arriba a través de un denso lecho de lodo anaerobio. Los microorganismos en el lodo consumen la materia orgánica, produciendo biogás que forma burbujas y agita el lecho. Un separador gas-sólidos en la parte superior desvía el biogás (que se colecta) y retiene las partículas de lodo, permitiendo un efluente clarificado. Los UASB pueden remover una parte importante de la DBO (50-85% dependiendo del diseño y condiciones) y generan biogás utilizable. Sin embargo, una desventaja notable del UASB es su baja remoción de nitrógeno, fósforo y patógenos, por lo que siempre se recomienda un post-tratamiento adicional del efluente. Esta necesidad de posprocesamiento puede incluir filtros biológicos aeróbicos, lagunas aireadas o desinfección, según el caso.
- Digestores anaerobios de lodos o residuos: Son tanques cerrados (generalmente cilíndricos) donde se tratan lodos provenientes de otras etapas o residuos orgánicos concentrados (por ejemplo estiércol, residuos agroindustriales). Funcionan típicamente en condiciones controladas de temperatura y agitación, optimizadas para máxima producción de biogás y destrucción de sólidos volátiles. En contextos de plantas municipales, los digestores anaerobios se usan para estabilizar el lodo producido en tratamientos aerobios (evitando olores y reduciendo volumen). En algunos casos también tratan directamente las aguas residuales, aunque requieren concentración suficiente de sólidos para ser viables.
- Lagunas anaerobias: Son estanques profundos y sin oxigenación superficial (mucho más profundos que las facultativas). En ellas las aguas residuales permanecen por semanas en condiciones anaerobias. Se utilizan a menudo como etapa inicial en sistemas de lagunaje en climas cálidos, reduciendo la DBO más elevada antes de pasar a lagunas facultativas y de maduración. Las lagunas anaerobias son de bajo costo y mantenimiento, pero pueden generar olores significativos si no se manejan bien (por ejemplo, con cubiertas o adecuada configuración). Su eficiencia para DBO es moderada y, al igual que otros procesos anaerobios, no eliminan nutrientes del agua.
Diferencias clave entre tratamiento aeróbico y anaeróbico


A continuación resumimos las diferencias principales entre una planta de tratamiento aerobia y una planta de tratamiento anaerobia, considerando varios aspectos técnicos y operativos. Estas diferencias ayudan a entender en qué situaciones es más conveniente cada tipo de proceso:
En resumen, una planta de tratamiento aerobia suele consumir más energía y producir más lodos, pero logra efluentes de mejor calidad (menos DBO, menos nutrientes, menos olor) apropiados para descarga directa. Por otro lado, una planta de tratamiento anaerobia destaca por su eficiencia energética (incluso generación de energía) y menor producción de residuos, siendo ideal para cargas orgánicas elevadas; no obstante, típicamente queda corta en la depuración completa, por lo que requiere procesos complementarios para alcanzar estándares ambientales estrictos.
Remoción de nitrógeno y fósforo: cumplimiento del Acuerdo Gubernativo 236-2006
Los nutrientes, específicamente el nitrógeno (N) y el fósforo (P), son parámetros críticos en la regulación de vertidos de aguas residuales debido a su impacto ambiental (provocan eutrofización en cuerpos de agua, crecimiento excesivo de algas, etc.). En Guatemala, el Acuerdo Gubernativo 236-2006 (Reglamento de las Descargas y Reuso de Aguas Residuales y Disposición de Lodos) estableció límites máximos permisibles para diversas etapas de cumplimiento. Dichos límites se han endurecido con el tiempo mediante reformas posteriores, de modo que las municipalidades e industrias deben mejorar gradualmente sus plantas de tratamiento para reducir la carga contaminante de sus efluentes.
A modo de referencia, la normativa fija para aguas residuales municipales los siguientes límites de nitrógeno total y fósforo total en tres etapas:
| Etapa (cumplimiento) | Nitrógeno Total (mg/L) | Fósforo Total (mg/L) |
| Etapa 1 – hasta 2011 | 100 | 75 |
| Etapa 2 – hasta 2015 | 50 | 30 |
| Etapa 3 – hasta 2020 | 25 | 15 |
| Etapa 4 – hasta 2024 | 20 | 10 |
Fuente: Acuerdo Gub. 236-2006 y reformas posteriores.
Como se observa, en la etapa final (a partir de 2024) el efluente deberá tener ≤20 mg/L de nitrógeno total y ≤10 mg/L de fósforo total, valores que implican un tratamiento avanzado para la mayoría de plantas de tratamiento de aguas residuales. Cumplir con estas concentraciones de nutrientes suele ser todo un desafío técnico, especialmente para las plantas que operan solo con procesos anaerobios.
Limitaciones de las plantas de tratamiento anaerobias en la remoción de N y P
Las plantas de tratamiento anaerobias por sí solas no eliminan eficazmente el nitrógeno ni el fósforo disueltos en el agua residual. ¿Por qué ocurre esto? Principalmente, debido a la ausencia de las rutas biológicas y químicas necesarias para sacar esos nutrientes del agua:
- Nitrógeno: En las aguas residuales, el nitrógeno se encuentra mayormente como amoníaco/amoniaco (NH₄⁺/NH₃) derivado de la degradación de materia orgánica nitrogenada (urea, proteínas). Para remover nitrógeno y evitar que acabe como nitrógeno total en el efluente, es necesario convertir ese amoníaco en nitrógeno gas (N₂) que escape a la atmósfera. El proceso biológico convencional para lograrlo es la nitrificación seguida de desnitrificación: primero bacterias aeróbicas (Nitrosomonas, Nitrobacter) oxidan el amonio a nitrato (NO₃⁻) en presencia de oxígeno; luego, otras bacterias en condiciones anóxicas (sin O₂ pero con nitrato disponible) reducen el nitrato a N₂ gas. En un tratamiento anaerobio, la nitrificación no puede ocurrir por falta de oxígeno, por lo que el amoníaco no se convierte en nitrato ni hay paso posterior de desnitrificación. El resultado es que prácticamente toda la carga de nitrógeno queda en el efluente en forma de amoníaco o amonio. Solo una pequeña fracción de nitrógeno puede salir del agua en un sistema anaerobio: la incorporada en la biomasa nueva (lo cual es mínimo, dado el bajo crecimiento celular) o alguna pérdida por volatilización de amoníaco en ciertas condiciones de pH alto. Pero en general, la concentración de nitrógeno total después de un tratamiento anaerobio es similar a la del influente. Esto dificulta cumplir límites de, por ejemplo, 20 mg/L de N total, cuando típicamente las aguas residuales domésticas crudas tienen entre 30 y 60 mg/L de nitrógeno total (principalmente amoniacal).
- Fósforo: El fósforo en aguas residuales proviene de detergentes, jabones, restos orgánicos (ADN, fosfolípidos) y otros compuestos. Suele estar como ortofosfato (PO₄³⁻) soluble y parte en compuestos orgánicos particulados. Las vías para remover fósforo en una planta de tratamiento son: (1) la asimilación biológica en la biomasa microbiana (las bacterias consumen fosfato para su crecimiento celular) y luego el fósforo sale cuando se retira el lodo en exceso; y/o (2) la precipitación química del fosfato añadiendo sales metálicas (ej. alumbre, sales de hierro o calcio) que forman compuestos insolubles con el fósforo y se eliminan como lodo químico. En un proceso anaerobio, ambas vías están limitadas. La asimilación biológica de P es poca, porque el crecimiento celular es bajo; además, en condiciones anaerobias prolongadas algunas bacterias pueden liberar fósforo en lugar de retenerlo (por ejemplo, en procesos de eliminación biológica de fósforo, el ambiente anaerobio sirve para que ciertas bacterias acumuladoras liberen fosfato, pero eso luego debe ser capturado en una etapa aerobia subsecuente; si no hay etapa aerobia, el fosfato liberado permanece en el agua). En cuanto a la precipitación química, normalmente no se realiza dentro de un reactor anaerobio (salvo adición específica de químicos, lo cual convierte el sistema en mixto físico-químico). Por tanto, el fosfato permanece disuelto en el efluente anaerobio casi en la misma cantidad que ingresó. Por ejemplo, si una comunidad tiene ~10 mg/L de P total en su agua residual cruda, después de un tratamiento anaerobio esa concentración seguirá cercana a 10 mg/L, excediendo el límite final de 10 mg/L y posiblemente incluso el intermedio de 20 mg/L si hubiera aportes mayores de fósforo.
En resumen, las plantas de tratamiento anaerobias enfrentan dificultades para cumplir límites estrictos de nitrógeno total y fósforo total porque carecen de los mecanismos para remover estos nutrientes del agua. La propia literatura técnica indica que los sistemas anaerobios (como los reactores UASB) presentan baja remoción de nitrógeno y fósforo, requiriendo casi siempre de un post-tratamiento adicional. Este es un punto crítico frente a normativas como el Acuerdo Gubernativo 236-2006, que demandan reducciones significativas de estos nutrientes.
Cómo lograr el cumplimiento de N y P: rol de los procesos aeróbicos y combinados
Dado lo anterior, para que una planta de tratamiento cumpla con parámetros estrictos de nitrógeno y fósforo, se debe incorporar alguna forma de tratamiento complementario a los procesos anaerobios. En la práctica, las tecnologías aeróbicas o procesos terciarios son las encargadas de reducir los nutrientes a niveles regulados:
- En sistemas aeróbicos, como vimos, es posible integrar la nitrificación (con suficiente tiempo de aireación) y la desnitrificación (ya sea en reactores separados o alternando condiciones en un mismo reactor, como en SBR o en tanques anóxicos posteriores a aeróbicos). Así, una planta de tratamiento aerobia bien diseñada puede convertir el nitrógeno amoniacal en nitrógeno gas, logrando efluentes con bajo nitrógeno total (≤20 mg/L es alcanzable con procesos biológicos avanzados). Asimismo, los procesos aerobios generan mucho lodo, en el cual se va acumulando el fósforo; retirando ese lodo del sistema se están extrayendo gramos de fósforo del agua por cada kilo de lodo producido. Si esto no basta para llegar a ≤10 mg/L de P, se puede adicionar una etapa de precipitación química (por ejemplo, dosificación de sales férricas en el clarificador) para atrapar el fósforo remanente como sólido. En síntesis, las plantas aerobias pueden cumplir con los parámetros de nitrógeno y fósforo exigidos, a costa de mayor complejidad y consumo de insumos (energía, reactivos químicos). Muchos sistemas de lodos activados modernos incluyen procesos de remoción biológica de nutrientes justamente para adherirse a normativas ambientales estrictas.
- En sistemas combinados anaerobio + aeróbio, se busca aprovechar lo mejor de ambos mundos. Una estrategia común en países tropicales (donde abundan reactores UASB operando) es: primero un tratamiento anaerobio que remueve la mayor parte de la DBO y produce biogás, y después un post-tratamiento aeróbico (como lagunas aireadas, filtros percoladores, biodiscos o incluso lodos activados de bajo nivel) para nitrificar y eliminar nutrientes. De esta forma, el efluente final puede cumplir con estándares de vertido, mientras que la carga orgánica tratada anaeróbicamente redujo costos energéticos. En muchos casos, se combinan ambas tecnologías para optimizar la eficiencia del proceso y cumplir con normativas ambientales. Un ejemplo podría ser: reactor UASB + filtro percolador + humedal artificial; otro ejemplo: lago anaerobio + laguna facultativa + laguna de maduración. Estas configuraciones híbridas permiten que la parte anaerobia trate la carga gruesa orgánica y produzca menos lodo, y la parte aerobia/natural se encargue de pulir el efluente reduciendo nutrientes y patógenos para el cumplimiento normativo.
- Adicionalmente, para fósforo específicamente, si las metas son muy exigentes, a veces ni siquiera un proceso biológico aeróbico es suficiente y se recurre a tratamientos terciarios especializados: precipitación química de fósforo (como mencionamos), filtros de adsorción de fosfato, o tecnologías de cristalización de estruvita para recuperar el fósforo en forma de fertilizante. Estas etapas pueden implementarse tras el tratamiento secundario.
En conclusión, las plantas de tratamiento exclusivamente anaerobias difícilmente cumplirán por sí solas los límites de nitrógeno y fósforo establecidos en reglamentos estrictos. Para lograr las concentraciones objetivo, es necesario incluir procesos aerobios de nitrificación/desnitrificación y métodos de eliminación de fósforo, ya sea dentro de una planta de tratamiento aerobia completa o mediante un esquema mixto donde la etapa anaerobia sea seguida de una aerobia. La elección óptima dependerá de factores económicos, técnicos y contextuales de cada situación, pero la tendencia actual –en busca de cumplimiento ambiental– es combinar etapas anaerobias y aerobias cuando se quiere eficiencia energética y a la vez un efluente de alta calidad.
Conclusiones
Tanto las plantas de tratamiento aeróbicas como las plantas de tratamiento anaeróbicas desempeñan un papel importante en la gestión de las aguas residuales, pero sus diferencias son notables. Las plantas de tratamiento aerobia ofrecen un efluente más limpio, con mayor remoción de materia orgánica y nutrientes, a cambio de mayores requerimientos de energía y generación de lodos. Las plantas de tratamiento anaerobia, por su parte, son eficientes energéticamente (producen biogás) y generan menos residuos, resultando ideales para cargas orgánicas elevadas; sin embargo, su efluente suele necesitar procesamiento adicional para cumplir parámetros de vertido rigurosos, especialmente en lo referente a nitrógeno y fósforo.
En el contexto de normativas ambientales exigentes como el Acuerdo Gubernativo 236-2006, se hace evidente que ningún sistema por sí solo es universalmente superior: la elección debe considerar los objetivos de tratamiento, la calidad de efluente requerida y las condiciones locales. En muchos casos, la solución óptima es integrada, combinando etapas anaerobias y aerobias en una misma planta de tratamiento para aprovechar las ventajas de cada una. De este modo, se puede lograr tanto la sostenibilidad energética como el cumplimiento de los límites de vertido, protegiendo el medio ambiente y la salud pública.
En definitiva, conocer la diferencia entre una planta de tratamiento aerobia y una planta de tratamiento anaerobia permite diseñar estrategias más efectivas de saneamiento, asegurando que nuestras plantas de tratamiento de aguas residuales operen de forma eficiente y acorde a las regulaciones vigentes, contribuyendo al desarrollo sostenible de nuestras comunidades.


